martes, 13 de marzo de 2012

"LA ENFERMEDAD DEL AMOR"

Él despertó de una noche complicada, había noches que no pegaba ojo, y tenía que trabajar temprano. Con el cuerpo cortado, se vestía para hacer su jornada diaria. Tal vez cada día estaba más feliz, ya que realmente la vida no le iba tan mal, tenía un buen trabajo, y gozaba de la amistad que todo el mundo querría. Pero a veces se sentía solo, le faltaba algo. Tal vez alguien.

Un día de trabajo le cambió su vida, vio a una pequeña princesa, y nada más mirarla a los ojos vio que ELLA sería algo especial en su vida. No se lo pensó dos veces para hablarle, era como nunca había imaginado, tal vez su sorpresa fue que ELLA tampoco le quitó la mirada durante la breve conversación que tuvieron.

ELLA prometió volver, y así pasaron días y días, hasta que se decidieron quedar fuera del lugar de trabajo de ÉL. Se sentía tan bien que nunca jamás lo habría soñado lo que le estaba sucediendo, así fueron pasando los días.

Un buen día ELLA no apareció, ÉL se preocupo y la llamo sin acierto. Al otro día no hubo rastro de ELLA, y ÉL desde su puesto de ventas, veía pasar la gente, intentándola buscar entre estos. Pasaron varios días y sin señales de aquella muchacha.

ÉL desde su tienda de baratijas, en los mercadillos de todos los pueblos paso a estar, para saber de donde era, o donde la podría encontrar. Tal vez estuviera enferma, o tal vez se tuvo que mudar. Poco a poco ÉL estaba más triste y más apagado, ya no tenía ganas ni de trabajar, ni de sonreír, ni de vivir…

Cuanto más pasaban los días, ÉL se quedaba hasta que recogían el último puesto, esperando una señal. Fue demasiado para ÉL, poco a poco estaba contrayendo una enfermedad. Cada día sentía un pequeño dolor en el pecho, cerca del corazón, al que no le daba mucha importancia.

Un día no aguantó más y dejando su puesto, empezó a correr y a buscar entre la gente, chillaba su nombre, la gente lo veía alterado. Hasta que cayó al suelo de rodillas, se llevo las manos al corazón y cayó al suelo.

Cuando se despertó se encontraba en un hospital, no sabe como llego allí, pero ¿saben qué fue lo primero que vio al despertar? Sí, fue el bello rostro de ELLA, era enfermera y tuvo que hacer turnos dobles durante algunos meses en un hospital alejado de la ciudad, sin opción a despedirse. ÉL se alegro mucho, puesto que por un problema de corazón la había encontrado.

Pero el rostro de ELLA mostraba un gesto raro, mostraba alegría pero a la vez tristeza, pues el doctor mando los síntomas y la enfermedad de ÉL. Era de esas enfermedades raras, y esta aún estaba por calificar, su corazón iba perfecto, pero había algo que en cierto momento fallaba.

ELLA intentó explicárselo de la mejor manera, porque su futuro era incierto. Las palabras de ÉL fueron claras:

No estoy enfermo, estoy enamorado. Estoy enamorado de ti. Al ver que te fuiste sin ninguna señal, se me partió el corazón y no volvió a ser el mismo. ¿Me ves ahora? Puedo levantarme, puedo saltar, puedo reír y lo más importante puedo amar. ¿Sabes por qué? Porque tú eres mi medicina, tocarte, mirarte, abrazarte, besarte… son mis medicinas, mi tratamiento. No necesito nada más para curar las heridas de toda una vida sin amor. Por eso, ¿Te puedo pedir una cosa? Quédate conmigo para siempre.

No hay comentarios: