sábado, 7 de abril de 2012

Prasku, el artista

“Una carcajada sonora es el recibimiento de su público, el mismo que durante una hora, ríe, rindiendo homenaje a su ídolo. Un gran cómico en su escenario, distrae a todos con su alegría y pasión, él es el payaso Prasku.”
Pero esta historia nos lleva a deternernos también en otro personaje, en una calle cualquiera, vemos a gente que camina de un lado para otro, seres sin nombre rodando en la noria de la gran ciudad, pero fijémonos en este personaje y vamos a seguirle…
Mientras que pasa por por los callejones donde los carteles anuncian la gran actuación de Prasku, llega a una gran puerta, el cual muestra una placa, se para delante de aquella puerta pensativo…
“Entre tanto Prasku continua su fiesta, un chiste tras otro, ahora un gesto, luego una pirueta, grandes y chicos, siguen su actuación, este es el rato de olvidar los problemas de vivir un mundo de ilusiones…”
Aquel hombre es recibido por una mujer, y pasa a un salón donde espera con bastante gente. Un sitio oscuro, deprimido y triste. Se entremezclan las dos historias, la tristeza que aclama aquel hombre y la alegría que desprende aquel artista.
-Buenos días doctor. Ya he consultado con otros médicos, pero ninguno me ha dado una satisfacción, normalmente me siento deprimido, la vida no tiene alegría para mí no tengo motivos, gozo de buena posición, tengo muchos amigos… sin embargo, la tristeza me va amargando, consumiéndome día a día…
Aquel hombre le explica al doctor.
“Al final, una estruendosa ovación es la despedida emocionada de su público al que, una vez más no ha vuelto de defraudar. Prasku se despide de su gran público, entre grandes aplausos.”
-Por lo que usted me dice su vida es bastante activa. ¿no encuentra alivio en la música, en la lectura?
-En absoluto a pesar de elegir libros preferentemente de humor…
“La sesión ha terminado… Después la vida sigue su curso, tal vez el mensaje de optimismo, lanzado por Prasku dure un tiempo, hasta que la monotonía y la seriedad vuelvan a ser sus protagonistas.”
-Físicamente es usted, un hombre sano. Su mal es puramente mental. Podría recetarle píldoras, tranquilizantes…
-Pero le voy a dar una receta que creo le irá a las mil maravillas. Vaya esta tarde a ver al gran cómico Prasku.
“La mirada de aquel hombre era tan profunda y tan triste, mientras se entrecruza con la cara de alegría y diversión de Prasku”
Doctor… Prasku soy yo…
"Es tan grande el daño que hace al hombre la inseguridad, que llega un momento en el que cambia su personalidad. Qué fácil es descubrir algo que se quiere ocultar, todo aquello que se oculta por deseo propio termina saliendo, la personalidad cambia, o mejor se transforma, y se convierte en un proceso rutinario que terminas por odiar."

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